“Te prometo que te dejare
elegir el lado de la cama
cada que cambies de
opinión, aunque se pierdan
mis huequitos”.
“Te prometo ser tolerante
cada que tengas tus
impulsos de orden y
limpieza sin importar que la
comida se enfríe”.
“Prometo seguir viajando y
conocer lugares nuevos
contigo cada que tengamos
oportunidad, aunque
siempre terminemos
eligiendo Cuernavaca”.
“Prometo siempre pedir tu
orden de taquitos sin
cebolla y tu hamburguesa
de pan con carne”.
“Prometo intentar resolver
los problemas que
tengamos
cuando nos enfademos,
aunque un betún lo resuelve
absolutamente todo”.